El Corazón de Valle las Nubes

En Valle las Nubes creemos que nadie debería estrenar la vida adulta con las manos vacías y el corazón solo. Aquí acompañamos a jóvenes mujeres que crecieron sin cuidados familiares o en comunidades donde las oportunidades son raras.

Les ofrecemos lo que cualquier familia daría: techo, mesa compartida, aprendizajes y un abrazo a tiempo. Entre huertos, talleres y fogones se van descubriendo a sí mismas, y nosotros las ayudamos a mirar más lejos. Porque, seamos francos, no se puede soñar lo que no se conoce; así que primero las enseñamos a soñar, y luego caminamos con ellas para que ese sueño se convierta en vida.

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POR QUÉ NACE VALLE LAS NUBES

Porque en nuestro país, cumplir 18 años no debería significar quedarse sin techo ni futuro. Valle las Nubes existe para que esos jóvenes que la vida ha empujado a la orilla tengan , la oportunidad de empezar con ventaja: un hogar, educación y oficios que les abran camino.

INTEGRANTES

Como en toda familia, hay varios integrantes

Fundadores
Maestros
Estudiantes
Donadores (BONOBOS)
Fundaciones amigas

MISIÓN

Lo que queremos en Valle las Nubes es que cada joven tenga la oportunidad de vivir lo que cualquier padre o madre desea para sus hijos. Una vida adulta con rumbo, con techo y con sueños propios. Que no anden a la deriva, que sepan encontrar su camino y, de paso, dejarle algo bueno a la sociedad que tanto necesita de su fuerza y de su esperanza.

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VISIÓN

Nos imaginamos como ese lugar que cambia la historia de muchos jóvenes, acompañándolos para que su vida adulta sea independiente, alegre y con rumbo propio. Queremos que lo que hacemos aquí —entre huertos, oficios y abrazos compartidos— sirva también como ejemplo, un modelo que pueda repetirse en otros rincones y seguir sembrando futuro donde haga falta.

OBJETIVO

En Valle las Nubes pedimos, como mínimo, cuatro años de estancia. No es un capricho: es el tiempo necesario para que cada joven eche raíces y se prepare en serio para la vida adulta. En ese tiempo se forman como técnicas agrícolas, aprendiendo de la tierra con un enfoque regenerativo, y además eligen dos especializaciones: cosmética natural, diseño textil y prensado botánico, carpintería y herrería, o pan y alimentos hechos con sus propias manos.

La idea es clara, que puedan levantar sus propios emprendimientos, conseguir un buen trabajo o, si lo desean, convertirse en maestras del centro para guiar a otras. Paralelamente, concluyen la primaria, secundaria y preparatoria, porque sabemos que un papel puede abrir muchas puertas, y queremos que ninguna de ellas se quede cerrada si deciden seguir hasta la universidad. Aquí el futuro no se improvisa: se cultiva con paciencia, como se cultivan las plantas.

NUESTROS PILARES

Nuestro modelo educativo se sostiene sobre cuatro pilares que son el corazón de lo que hacemos. No los pensamos como teoría ni discurso, sino como bases vivas que acompañan el crecimiento de cada joven. Creemos que en ellos está lo esencial para que una persona y una comunidad entera, pueda desarrollarse de manera plena.